lunes, 13 de enero de 2014

NARCOECONOMÍA, ECONOMÍAS ADICTAS Y LA QUIEBRA DEL ESTADO FISCAL.


En estos tiempos extraños y convulsos, me sorprendió como siempre me suelen sorprender la estupidez y la inexactitud el ver como todos los telediarios que dieron la noticia calificaban a la banda de los “Miami” como expertos en “blanqueo de dinero” tras la incautación por parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado de 75.000.000 de Euros que la banda tenía ocultos en un zulo subterráneo. Me sorprende desagradablemente que unos redactores de informativos consideren que enterrar semejante de suma de dinero sea blanquearlo en modo alguno…
Lo segundo que resulta sorprendente son al parecer los ingentes beneficios que genera el narcotráfico, y al parecer, debido precisamente a la incapacidad de blanquear los mismos, que semejantes sumas en un periodo de escasez de liquidez por causa de la contracción del crédito no puedan ser reinvertidos en otros sectores de la economía real aunque sea, obviamente, con rentabilidades muy inferiores…
Deduzco igualmente que la demanda de narcóticos o los canales de distribución de los Miami están ya saturados al haber sido esos beneficios netos “enterrados” (a modo de un extraño remanente) en vez de convertirse en mayor activo circulante en modo de producto, en distintas fases de distribución o capital circulante de acuerdo con la actividad. No solo la demanda existe (y dudo que en el caso que nos ocupa, sea creada por la oferta), sino que además parece haber tocado techo.
Quisiera dejar absolutamente claro que las consideraciones morales no forman parte en modo alguno del análisis económico, además de que presuponer que “las drogas son malas” formaría parte más bien de una categoría a priori o ficción del intelecto de índole judeo-cristiano al presuponerle una intencionalidad moral (buena o mala) a un objeto inanimado, carente de voluntad… y que lo “bueno o malo” será en cualquier caso el uso de que dichas sustancias se haga… Ciertamente la adicción no es algo positivo, pero no todos los consumos resultan adictivos, razón por la cual las máquinas de premio de tipo B, aunque puedan generar ludopatía no han sido ilegalizadas, y tampoco lo han sido las motocicletas, a pesar de la alta tasa de mortalidad en la carretera de los usuarios de las dos ruedas en comparación con los de otros medios de transporte. Otras sustancias adictivas como alcoholes y tabacos hace tiempo que su consumo ha sido asumido por la sociedad y son fuente de sustanciosos ingresos para la arcas del estado en cuanto a impuestos especiales se refiere.
Es curioso percatarse de que lo que es en realidad un producto agrícola transformado (por kilo), cuyo coste en origen (selva colombiana) es de 3.000 USD, alcance precios de 10.000 USD “puesto” en el Golfo de México, o 30.000 Euros en territorio español : este valor añadido 1.200% es generado exclusivamente por obra de la logística y la distribución y el considerable valor añadido que genera la propia ilegalidad del producto ya que de otro modo, dicho valor añadido sería no muy superior a un razonable coste de transporte, gestión y manipulación (paletización, y envío aéreo o marítimo por container), y es comparable aunque ciertamente un modo exponencialmente mayor con lo que sucede con casi cualquier producto de agro y los distintos precios que alcanzan a lo largo de la cadena de valor. Para colmo, si los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado tuviesen éxito en incautar el 50% de los envíos, la rentabilidad de la actividad seguiría siendo de entorno al 600%.
Parece casi lógico, aunque resulte ser una aberración que obteniendo semejantes rentabilidades netas, contantes y sonantes, y únicamente en términos de valor añadido, que a cualquier “honrado” narco-traficante el 51% de contribución al erario público que representaría la legalización de dichos beneficios – o blanqueo (21% de I.V.A. y 30% de impuesto de sociedades) escape a la racionalidad del paradigma económico en el que opera. De hecho no resulta nada sorprendente en este contexto, que una vez que son dueños de la logística y la distribución, el narco-tráfico mexicano se diversifique hacia la producción de meta-anfetamina por ejemplo, en un claro ejemplo de diversificación de producto, siendo además siendo la meta-anfetamina dependiente únicamente de la disponibilidad de efedrina (sustancia no ilegalizada), su producción no se haya lógicamente condicionada por la disponibilidad de una materia prima clave, y la lógica del emplazamiento y desarrollo de la actividad es absolutamente flexible y únicamente sujeta a una decisión de índole empresarial.

No es raro que surjan voces en favor de la legalización del producto, puesto que el consumo ya lo es, al menos en algunos estados como el nuestro, y en otros de nuestro entorno, y los monopolios de distribución y producción por parte de los estados de productos de alto valor añadido son una tradición desde el surgimiento de los estados-nación, bien sea con los tabacos y las gasolinas hasta el S. XX, o los tapices y la pólvora en tiempos renacentistas. El hecho cierto es que en el caso de la legalización de producto, los impuestos especiales suplirían con creces el valor añadido que otrora generase la propia ilegalidad del producto, puesto que el nivel precios al que los consumidores están dispuestos a comprar está de sobra establecido, y la calidad del mismo estaría garantizada, lo cual no solo no ocurre en la actualidad, sino que los consumidores carecen de vías legales de reclamación, quedando la fidelización de los clientes con relación a la calidad del producto únicamente en “manos” de las leyes del mercado y otra vez las de la “honradez” del narco-traficante. Por lo demás se reducirían considerable los niveles de violencia relacionados con la actividad, puesto que siempre he pensado que la violencia asociada al narco-tráfico tiene más que ver con la propias y considerables cantidades de dinero en efectivo que se mueven, al no poder efectuarse pagos mediante transferencia bancaria por causa de la propia opacidad de las operaciones, ni mucho menos mediante la ejecución de cartas de crédito a nivel internacional, que con la propia naturaleza del producto.
Sin atrevernos a entrar en los pros y los contras de la legalización de las “sustancias controladas”, ciertamente ante la actual falta de liquidez y contracción del crédito que afectan a la economía real como si de los caballeros del apocalipsis se tratase… Si los tradicionales del evangelio de San Juan eran : Peste, Muerte, Guerra y Hambre, en el caso que nos ocupa en la economía española se halla en lo que se ha dado en llamar eufemísticamente “estado de emergencia”, estos hubiesen devenido en : Contracción del crédito, Falta de liquidez, Destrucción de empleo y Hambre… sería interesante plantear escenarios en los que sí pudieran “legalizarse” las ingentes cantidades de dinero que el narco-tráfico ha generado en las últimas dos décadas para que dicha liquidez acudiera en “rescate” de la economía real…
¿Algo parecido a lo que una verdadera amnistía fiscal pudiera significar? ¿Un 10% de penalización sobre los importes emergidos resulta razonable puesto que a los titulares de dichas rentas un 51% no les resulta razonable?
Si al amparo de la economía de “contado” sin entrar a matizar en el origen de los fondos creció la mal llamada “economía del ladrillo”… desde la operaciones de suelo hasta los incentivos para que tanto compradores como vendedores de viviendas ocultaran plusvalías puesto que unos se ahorraban el importe de los impuestos sobre las mismas y los otros un mayor importe de I.V.A. a pagar, destinando ese exceso de recursos que hubiese debido engrosar las arcas públicas al consumo… ¿No sería incluso razonable retribuir dichos capitales?
Recuerdo, si mal no me equivoco cuando el triunfo del monetarismo y la guerra feroz que contra la inflación desatara la administración Reagan, y cuyo arsenal incluyó el desmantelamiento de sindicatos, su ilegalización e incluso la intervención del ejército en el caso de los controladores aéreos… situación imitada en tiempos recientes en nuestro país, que ante un creciente “dolar gap” que mermaba el potencial de crecimiento de la economía americana en un contexto de contracción monetaria, frente a la cantidad de dólares que por motivos diversos se hallaba en circulación en el conjunto de latino-américa, se planteara el lanzamiento de una emisión de bonos del tesoro al portador remunerada y sin preguntas (al 5%, si mal no creo recordar), a cuyo plazo de amortización (largo y a definir, ¿5, 10 años?), su nominal se convertiría en dinero del todo legítimo, es decir, sino blanco al menos no opaco, y del todo blanqueado, momento a partir del cual tributaría a los tipos impositivos ordinarios.
Si las leyes de la moral no se aplican en términos económicos a los objetos inanimados, siendo estos sustancias, que por favor, en estos tiempos “monetaristas” en los que ha triunfado la veneración al “becerro de oro”… tampoco se le apliquen al dinero inanimado o inerte, e incluso “enterrado”, fruto del negocio de los mismos, cuyo retorno a la economía real creadora de empleo es necesaria o casi del todo indispensable antes de que se produzca la quiebra del estado fiscal, o podemos de otro modo seguir financiando las sucesivas re-evaluaciones del peso colombiano, por ejemplo.
Recordando que fueran los hermanos García Ábrego (México – Cártel del Golfo) y no Pablo Escobar (Colombia) quienes se ofrecieran a saldar la integridad de la deuda externa Mexicana a cambio de inmunidad penal y no extraditabilidad a los EE.UU., en una época en la que no se puede sino buscar soluciones alternativas y originales para la financiación del déficit público con un coste razonable, y la dignidad del estado ya está lo suficientemente mancillada con la elusión de responsabilidades penales por parte de los administradores y de los auditores de las grandes “quiebras técnicas” del sector bancario que han exigido el “rescate” por parte del sector público… contrariamente a las leyes de la física conocidas según las cuales la energía ni se crea ni se destruye, sino solo se transforma… dichas responsabilidades solo se desvanecen, desaparecen… o prescriben… no sería descabellado concederle dicha impunidad a quienes de verdad contribuyesen a la financiación del descalabro de nuestras cuentas públicas. Y a las rentas de la prostitución… también, a falta de encuadrarlas en un marco regulador adecuado.

Glenn Frey, Smuggler's blues, 
http://www.youtube.com/watch?v=Qi1oD3eeB4Q

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